Aire fresco, de libélulas errantes
manos frías de bolsillo, jugueteando con las monedas y la pelusa persistente
alcantarillas con ruido a rió, espeso desangrado de los edificios
espanto de gatos en alguna pared elevada.
Molido a pozos, el 93 tose humo negruzco
adentro, 5 cabezas iluminadas en ámbar
dormitan sentados como excabadoras de petróleo
y asi se va el titilante, rengo y semiaplastado 93.
Ruiditos de pueblo desolado, suenan en la avenida
remolinos de papeles giran con las ultimas hojas amarillas
vidrieras de tren fantasma
bolsas amontonadas, esperando el viaje a la tierra prometida.
Caminata que termina escrita, insignificante,
en un mundo de palabras, de sonidos definidores
letras, capaces de combinarse mortalmente,
capaces de convencer a la vida para que siga multiplicándose.
8/9/09
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario