Tus pies
pisan la tierra
de la que brotan semáforos
siempre verdes
siempre dispuestos
Tu tiempo
duerme en el centro
de una piedra blanca,
una perla perdida en el Hades
rodando entre llamas
y raíces moradas.
Mirame a los ojos
cegame de espanto
de la hermosura
que suda, apurada
por alcanzarte
pisando las crujientes
lágrimas de Mayo.
7/5/10
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