Lo dejó ahí
como chinchulín frió, sin sal
con el orégano y la albahaca todavía en el aire
no dió un portazo, ni media vuelta
se deslizó, dejando un eco escalonado
de talones femeninos, de ira abandonada
El atardecer, decidió quedarse
se puso las pantuflas, pidió un cafecito
Él, en cambio, se derritió mirando por la ventana
queriendo ser salvado de un incendio, con llamas de interrogación
pescando con los ojos, con culpa como carnada
con lágrimas como plomada
en el recto rió de la cuadra, anaranjada
sus codos y el cemento seco.
Ojeó algunos recuerdos
apuñalo conclusiones
y esperó sentado
en un callejón sin salida
al Minotauro de los domingos
al grillo sordo
a la soledad solidificada.
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4 comentarios:
Hola, un encanto haber disfrutado tus poemas. Saludos.
A pesar de todo, el protagonista actuaba decidido. Su poema es directo, impresionista,fluído, permite una lectura sin cortes.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
Lo acompañaré como N17
http://enfugayremolino.blogspot.com/
Tiene algo de Bukowsky este poema, mezclado con subrealismo! Felicitaciones
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