27/11/08

Conocidos

Continuaron azotándose, con sus palabras, con sus ideas
hasta que se dieron cuenta que, lo único que tenían en común
era el rojo carmín que brotaba de sus doloridas espaldas.
Y así siguieron, unidos por sus bocas, separados por sus oídos
hasta quedarse dormidos en el asiento del fondo de el colectivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Perro Andaluz: ¡SOS REDIVERTIDO!
Otra vez yo. Beatriz