16/11/09

Por un té

El vientito fresco licuado en brisa se detuvo, como el tiempo lo hace en los sustos
solo pudo moverse el aroma del té, asaltando desde el bigote hasta la oficina de recuerdos
esos olores que necesitan materializarse, esa necesidad de tocar la sensación
La toma de la bastilla, los recuerdos físicos, pelo, facciones, todo en abalancha de algodones.
Visualizar en loop, el recorrido de su mirada, una espada que hiere con forma de sonrisa.
la sed arenosa del tacto y un fondo celeste haciéndola resaltar.
Como un retrato imposible de perfeccionar, con arreglos que nunca llegan a terminar
su hermosura con sabor a recuerdo y a ése té.

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